lunes, 26 de octubre de 2009

Un gato en la ventana.

Un gato en la ventana, simples voces me acompañan, voy caminando por un abismo, casi caigo, lo niego, camino hacia atrás, no logro nada.
Vuelvo a levantarme pero no hago lo que debería, ni lo que quise, solo me quedo aquí contemplando el universo, eterno e inmenso y yo aquí tan pequeña e insignificante con todo el miedo gobernando mis entrañas.
El gato sigue en la ventana, me mira, piensa en ser real y acompañarme en la batalla, pero no, por mas que el quiera es solo un gato y no puede por mi hacer nada.
Sigo, me levanto, pero nada hago, nada cambio, sigo siendo la misma, con el mismo miedo, sintiéndome tan insignificante, cada día mas, mis palabras se pierden y nadie las lee, aquí estoy perdida, angustiada, al borde, siempre al borde, de la sanidad y de la locura, de la seguridad y del miedo, del temor y de la risa, de la inseguridad y del egocentrismo, aquí con miedo de encontrar mi si mismo.
El gato se aburrió de esperar a que yo cambiará, levanta con gracia su ágil cola, salta hacia la noche y se olvida por siempre de mi ventana.

No hay comentarios: