lunes, 14 de marzo de 2011

Simplemente olvidar.

Cambiar completamente tu vida en algo así como un semestre, salir del huevo y explorar la realidad, la vida en sociedad.
Demasiados cambios en muy poco tiempo, aceptar el cariño y reconocer que se es digno.
Mostrar la hilacha altiro, asumir riesgos, hacer control de daños, pero sobre todas las cosas hablar con la verdad por más que sea incomoda y rara.
Miedo a sufrir, a entregar demasiado y especialmente a los errados, a confiar y dar demasiado de uno mismo, y a la vez esa honestidad brutal, desapego enfermizo y lo peor de todo la inocencia peor que la de una niña.
La necesidad de amar y la mala suerte en el juego y por sobre todo en el amor, saborear los anhelos y caerse con la cruda realidad, odiar la baba ajena y querer de a poquito a alguien, contar lo más oscuro de tu vida y que de vuelta la confianza también nos una.
Ese temor a salir dañada que de nuevo me ata a la nada y a la inacción antes asumida, no saber si vale la pena querer y sufrir, que ella sufra, que tú sufras, que yo sufra, o dejar que todo pase, negar esta mierda que siempre me pasa, dejar de sentir por siempre (eso sería lo mejor)….olvidar, olvidar, el cambio es muy grande y son demasiadas las emociones y sensaciones….olvidar, simplemente olvidar por más que no quiera.

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