domingo, 28 de septiembre de 2008

Utopía

Creo que hay que empezar a mirar a las personas por sus ojos, no sus errores ni lamentos, mirar en las pestañas los ataúdes que los atan a sus antepasados, desligarnos de la piel y los orgasmos, solo ojos, tu mirada y la mía en algún lugar distante de las pupilas enajenadas de los otros, otros que ven solo con sus ideas perversas de placer.

La utopía, esa fiel traicionera que me gobierna, que me sosiega en tiempos de soledad y reposo, arde en mis venas como venganza, como dulce condena, a ella yo obedezco y sirvo, por ella soy quien soy, creo en lo que otros no y me alejo de amigas ¿verdaderas?

Miro en los ojos de la vida, en los miles de rostros que reinan en este mundo, no se quienes son y ellos no saben nada de lo que yo quiero ser, romper todas mis barreras, no quiero placer ni caricias embusteras, busco lo que nadie ve y al parecer lo que nadie me puede entregar, busco lo que nadie sabe ni huele si quiera, busco en tus noches mis mañanas y en tus días la paz verdadera.

Aquellas utopías que desde niña enredan mi vida, la ahorcan y liberan, alimentadas por dolor y neurosis ajenas, aplastame las hojas marchitas y las telarañas que ya se cansan de esperar manos que satisfagan mi alma desierta, esencia de cosas lejanas y perecederas, aquellas ideas que me iluminan, ahorcan, mutilan, no me de dejan avanzar, pero que a la ves me mantienen viva.

¿Cómo puedo sacarme todo este peso, todo este mal, si también es él el que me alimenta y me da a luz luego de cada agonía?

Utopía sangrante que me llenas, aminora tus látigos, yo no tengo la culpa de nada, solo quiero seguir en mi desierto camino acompañada quizás por un amor mil veces anhelado y esta inocencia que me ha traicionado.

martes, 23 de septiembre de 2008

Ciudad

Caminando por la ciudad puedo ver las calles antiguas con adoquines y las nuevas erosionadas por la lluvia ácida, calles de cemento, cementerios de vida y tierra fresca, bajo las construcciones corre agua, piel y lágrimas de pudor.

Edificios crecen de las telarañas, rompen el cielo y las montañas, tapan tu mirada y se juntan en las alturas cerrando tus sueños y la libertad que inspira mirar hacia arriba.

Ventanas, estatuas, escudos y veredas; voy pensando en que todo es una mentira y que vivimos atrapados por lo que hemos creado, libros, clases, moral, leyes, todas limitaciones de nuestras mentes.

Sigo mi recorrido veo pasto, perros y mas camino, gente semimuerta en el metro y vivos pidiendo en los pasillos, las calles ahorcan a mis pies y el asfalto llama a anular mis sentidos.

Humo entra en mis pulmones, lejos se ven montañas, cerros y otros colores, la vida pasa ante mis pestañas y solo deja una incertidumbre que devora mil vacíos y animas aletargadas.

La ciudad sigue ahí como algo fijo e imperecedero, rompe el río y condena a los heridos, llama a voces a caminar y no mirar a los demás, te pierde en las lagañas y aflora tu propia idea de auto encierro.

viernes, 12 de septiembre de 2008

Humanicidio ya!

Tan superior te crees humano que ocupas, matas y torturas a las otras especies para tu beneficio.

Tan ciego es tu ego que crees ser hecho a semejanza del ser supremo, lo que te permite tener tanto poder sobre los otros miembros de la creación.

Destruyes y arrasas con lo que te rodea, total fue hecho para tu provecho por ese Dios todo poderoso que no es más que el reflejo de tu megalomanía.

No eres nada mas que un cerebro con extremidades, ambas posesiones que te permiten destruir todo lo bueno que existe en esta vida, creas muros y estatuas creyéndote superior, pero esos muros crean guerras y esas estatuas son hechas para genocidas y dictadores que arreglaron la economía de un país a cuesta de sus detractores.

Tu falta de instintos te lleva a errar y a crear obras que según tu criterio son una bendición, pero yo pienso que son diarrea mental, toda tu confusión expresada en oleos, palabras como estas y peces en licuadoras.

No eres nada, destruyes todo lo que te rodea, y esa idea de libertad, ¿qué libertad?, te crees tan libre que apresas a cerdos, vacas y gallinas. Los oyes gritar sin remordimientos, te alimentas de sus carnes, domas a potros, haces rodeos, enjaulas a conejos y aves, ¿sabes por qué?, porque no eres libre! Sientes tantos celos de la libertad que hay en ellos que creas tus propias paredes, te conviertes en un ladrillo mas entre los mares de normas y reglas que te hacen sentir superior, esos que te coartan y no te dejan ser, esas leyes que hacen que se discrimine por color, sexo u opinión, me rió de tu superioridad!, NO ERES NADA!

viernes, 5 de septiembre de 2008

Realidad

Quiero gritar y sacarme los pelos verdes de la cabeza!
Sí!, son verdes aunque uds los vean cafés!
Quiero gritar de rabia en medio de sus miradas atónitas!
Reír como enferma en un mundo de quienes se creen sanos!
Estoy loca de atar, vivo en otra realidad, no quiero ser igual a todos los demás.
En sus pestañas puedo ver como la vida les fue arrebatando la libertad,
libertad de crear, soñar y destrozar esta asquerosa realidad.
Todo se eleva en engaños y apariencias, todos debemos ser uniformados y correctos,
la vida se les va entre los dedos y no hacen nada!!!, no tienen agallas para gritar todas sus patrañas!!
Yo no quiero ser como tú, ni como nadie, amo gritar mi libertad, reír mi ira y morder mi frustración.
Esos gritos en medio de la calle son para que veas tu realidad y la sientas, grita en sus caras, no dejes que te atrapen, no pertenescas, muerde tus entrañas y saca tu realidad.

Ojos imaginarios


Ves todo lo que yo no puedo ver?

Son tus ojos mi realidad y los mios el dolor y nada más?

Existe alguien que mire por el vidrio roto como yo?

En tu soledad se que me sueñas igual, con ansias y dolor.

Es tu verdad mas la mía y juntas forman la agonía de nuestros corazones sin descanso.

Te escribo y sé que sólo existes en falso, tu perfección vive en mi mente y yo sólo quiero que seas real.

Te seguiré soñando, ahi eres todo para mi, un día en un país soñado se que te veré porfin, veré tus bellos y profundos ojos imaginarios.

Extracto

Lo radical de esta nueva antropología y de esta
nueva teoría de la historia consiste en que se coloca,
por decirlo así, en oposición extrema a la creencia
común de toda la antropología, de toda la doctrina
histórica usada en Occidente. Frente al homo sapiens
o al homo faber progresivos; frente al Adán
cristiano, que cayó para volverse a levantar y obtuvo
la salvación en el centro de los tiempos; frente al
"ser instintivo" (con sus tres clases de instintos fundamentales),
que en varios aspectos se encumbra
hasta sublimarse en "ser espiritual", opone la cuarta
idea, la afirmación de una necesaria decadencia del
hombre durante esa llamada "historia", que dura
desde hace diez mil años. Esta idea del hombre
afirma que la decadencia está en la esencia misma y
origen del "hombre". A la pregunta escueta: ¿ qué
cosa es el hombre?, contesta esta antropología: es
un desertor de la vida, que habiendo exaltado morbosamente
el sentimiento de su propio ser, se vale,
para vivir, de meros sucedáneos (idiomas, herramientas),
sustitutivos de las auténticas funciones y
actividades vitales, capaces de desarrollo; es un viviente
que ha desertado de la vida, de sus valores
fundamentales, de sus leyes, de su sentido "sagrado",
cósmico. No los padres espirituales de esta teoría
-que en todo caso fueron ingenios profundos-,
pero sí su diestro publicista Theodor Lessing, ha
expresado, para los oídos más duros, la tesis de la
nueva doctrina en la atractiva fórmula siguiente: el
hombre, esto es, un simio fiero que, poco a poco,
ha enfermado de megalomanía, por causa de su (así
llamado) "espiritu". Un anatómico holandés, benemérito
por sus trabajos sobre la evolución de los
órganos humanos y la descendencia de predecesores
animales, resume con más exactitud el resultado de
sus investigaciones en la frase: "El hombre es un
mono infantil, con perturbaciones en la secreción
interna". Un libro, en varios sentidos muy interesante.
El enigma del hombre, del médico berlinés
Alsberg, pretende haber descubierto en el "prin
cipio de la anulación de los órganos" un "principio
de la humanidad", ajeno por completo a todo sentido
de comparación morfológica. La idea de Alsberg,
muy inspirada en Schopenhauer, es la siguiente:
justamente porque el hombre se halla tan desarmado
frente a su mundo circundante, justamente porque
el hombre está mucho menos adaptado a su
ambiente que los demás animales afines, no pudiendo
tampoco desenvolverse más en el sentido organológico,
justamente por eso, hubo de formarse en
él la tendencia a anular sus órganos lo más posible
en la lucha por la vida, desarrollando, en cambio, los
"instrumentos" (entendiendo por tales también el
idioma y los conceptos, y valorándolos como "instrumentos
inmateriales"), que hacen inútil el perfeccionamiento
funcional de los órganos sensoriales.
La "razón no es -según esta teoría- la fuerza espiritual
previa que exige y hace posible dicha anulación
de los órganos, sino que es el resultado de ese acto
fundamental de "anulación", acto negativo, semejante
en cierto modo a la "negación de la voluntad
de vivir", de Schopenhauer.
Para esta doctrina, el hombre no es, en primer
término -como muchas especies vegetales y animales-
una de tantas vías muertas, en que la vida, si
guiendo una evolución determinada, encalla, provocando
la muerte de la especie. No; el hombre es la
vía muerta de toda la vida en general. Además, el
hombre no debe considerarse como un enfermo
mental in genere (sólo lo son algunos pocos hombres)
; sino que su espíritu mismo, su "ratio", eso
que, según Aristóteles, Descartes, Kant, Hegel, le
convierte en homo sapiens y en partícipe de la divinidad,
eso que constituye la "cerebralidad" del
hombre, es decir, el hecho de que una cantidad tan
considerable de la energía almacenada vaya a consumirse,
no para el conjunto total de su organización,
sino exclusivamente para el cerebro ("esclava
del cerebro"), eso mismo es una enfermedad, una
dirección morbosa de la vida universal.
El hombre individual no está enfermo; y aun
puede estar muy "sano" dentro de su organización
específica. Pero el hombre mismo es una enfermedad.
Ese gusanillo llamado "hombre", podrá pavonearse
cuanto quiera en la inmensidad del Universo,
que sólo en muy pocos puntos muestra la posibilidad
(sólo la posibilidad) de la "vida", y que en un
minúsculo trozo de la historia terrestre nos ofrece el
espectáculo del llamado "hombre". Podrá pavonearse
cuanto quiera y sentirse todo lo importante que le
plazca en su historia; podrá envanecerse de haber
producido Estados, obras artísticas, ciencias, instrumentos,
idiomas, poemas, etcétera..., y vanagloriarse
de tener "consciencia", y de no estar, como el
animal, en éxtasis ante el mundo. No por ello deja
de ser la vía muerta, la enfermedad de la vida. ¿Para
qué hace tan extraños saltos y rodeos? Cogito, ergo
sum, dice orgulloso y soberano, Descartes. Pero
Descartes, ¿por qué piensas? ¿Por qué quieres?
Piensas porque ni el instinto ni la inteligencia técnica
instintiva, encuadrada en el marco de tus problemas
instintivos naturales, te dicen
inmediatamente lo que debes hacer u omitir. Piensas,
no -como crees- para "elevarte" sobre el animal
en nuevas zonas del ser o de los valores, sino para
ser "más animal que cualquier animal". Y ¿a qué
llamas tú elegir libremente? Llamas así al hecho de
que muchas veces vacilas, esto es, no sabes adónde
ir y para qué ir, cosa que el animal siempre sabe de
manera inequívoca e inmediata, es decir, mejor que
tú. Y ¿qué es la ciencia, la razón, el arte? ¿Qué es ese
desarrollo superior de tu civilización (máquinas), tan
apetecido por lo mucho que multiplica tu protección,
y que permite que vivan cada vez más hombres
sobre una misma comarca? ¿ Qué es todo eso
considerado en conjunto? i Ay!, es sólo un complicadísimo
rodeo, destinado a cumplir la -para ti- difícil
misión de conservar la especie, misión que, pese
a tus esfuerzos por reproducirte, se te hace cada vez
tanto más difícil cuanto más "piensas", cuanto más
te cerebralizas. ¿ Por qué tienes idioma, homúnculo?
¿Por qué conceptos? ¿Por qué identificas las múltiples
imágenes que se ofrecen a tus sentidos en objetos
idénticos, "ficticios"? ¿Por qué has inventado
"instrumentos" de forma estable para determinado
fin? ¿Por qué en tu "historia" has creado el "Estado",
es decir, la organización de la soberanía, en
lugar de la organización biológica, jefatura de los
ancianos, de los padres, historia [anterior al Estado]
de los lazos entre generaciones? ¿Por qué has establecido
el derecho consciente en lugar de la costumbre
y tradición popular inconsciente? ¿Por qué
has inventado, en el gran Estado monárquico, la
idea del monoteísmo y a la vez, el mito del pecado
original (ambas ideas están en íntima conexión)?
Voy a decírtelo -sin consideración a tu hipertrofiado
orgullo. Homúnculo, todo eso, y mucho más, lo has
hecho por tu debilidad biológica, por tu impotencia
biológica, por tu fatal incapacidad de evolución
biológica. Todos esos son mezquinos sucedáneos
de una vida que no pudiste desenvolver, y de la que
no pudiste trascender. Todas esas "negaciones" de
la vida, del instinto, de la intuición sensible -esa
"negación" que propiamente "eres" tú, a quien llaman
ser de "voluntad" y homo sapiens-, todos esos
"no" provienen de tu impotencia para construir,
más allá de ti mismo, un ser viviente por los medios
habituales de la vida y sobre el terreno de las leyes
del desarrollo vital, un ser viviente que sea más que
hombre, superhombre. Ésa es la ley de tu ser como
"hombre".

Extracto del libro "La idea del hombre y la Historia" de Max Scheller

Que caigan los muros!

Con sus risas y colores de bien

Las horas siempre les marcaron verdades.

El inevitable flagelo del dolor nunca los tocó

Mi lucha desapareció.

Quiero quemar las paredes

Y controlar sus llantos.

La vida es una falacia que ellos construyen

En sus autos y edificios

Las hojas aun caen negras

Y los mustios ojos lloran lluvia ácida.

Todo es una mentira,

Las paredes reclaman vida,

que caigan los muros y el sol queme el cemento,

mi alma aun espera el fin del tormento.

Caigan muros de lamentos.

Desesperanza y rabia ustedes solo quieren labia.

Resurge apatía enclaustrada,

Odio tus manos apergaminadas.