lunes, 18 de abril de 2011

De a poco....

De a poco siento que la vida se me escapa de las manos, los demonios del pasado aún me persiguen y agobian. Mis ojos permanecen cerrados y no hay nadie que pueda alejarlos del llanto, las lágrimas se extinguen junto a mi ánimo.

De a poco pierdo el viento que rodea mis ventanas, el calor me atrapa y me sume en la negritud de mis entrañas. Las angostas venas sangran y quieren ser cortadas sin piedad o confianza.

De a poco mis ojos se llenan de tormentas, la soledad se mete entre mis piernas y no deja de sangrarme a raudales. Me llaman a gritos sin dejarme detenerme a sentir la brisa o a desear vivir mi vida.

De a poco lo autolítico se va apoderando de mis pensamientos y llena mis momentos de angustia. Imaginó situaciones límite donde no hay nadie quien me salve, ni agua, ni fuego que me levanten.

De a poco oigo tu voz llamándome, diciéndome que todo estará bien, que las cosas mejoraran. Tu voz se diluye, ya no la recuerdo, pero si tu sonrisa y aún más que todo, recuerdo que no existías.

De a poco quiero recuperar las ganas de estar bien y ser estable, no quebrarme como las hojas secas ante cualquier cambio, es como que tu alma se metiera en mi, Teresa, los mismos dolores y sufrimientos intensos.

De a poco me voy volviendo ciega de la vida y ella se me escapa de entre las venas, mi sangre se agolpa amoratando los sentidos, me despego del suelo, ya no soy yo, esto ya no es vida, me voy, la muerte me eleva, alcanzo la felicidad y la dicha extrema. Adiós, ya morí y no hay vuelta a esta tierra.

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