Caminando por la ciudad puedo ver las calles antiguas con adoquines y las nuevas erosionadas por la lluvia ácida, calles de cemento, cementerios de vida y tierra fresca, bajo las construcciones corre agua, piel y lágrimas de pudor.
Edificios crecen de las telarañas, rompen el cielo y las montañas, tapan tu mirada y se juntan en las alturas cerrando tus sueños y la libertad que inspira mirar hacia arriba.
Ventanas, estatuas, escudos y veredas; voy pensando en que todo es una mentira y que vivimos atrapados por lo que hemos creado, libros, clases, moral, leyes, todas limitaciones de nuestras mentes.
Sigo mi recorrido veo pasto, perros y mas camino, gente semimuerta en el metro y vivos pidiendo en los pasillos, las calles ahorcan a mis pies y el asfalto llama a anular mis sentidos.
Humo entra en mis pulmones, lejos se ven montañas, cerros y otros colores, la vida pasa ante mis pestañas y solo deja una incertidumbre que devora mil vacíos y animas aletargadas.
La ciudad sigue ahí como algo fijo e imperecedero, rompe el río y condena a los heridos, llama a voces a caminar y no mirar a los demás, te pierde en las lagañas y aflora tu propia idea de auto encierro.
3 comentarios:
Ummmm
A mi no me gusta la ciudad, es fea sobre todo cuando llueve.
a mi m gusta la lluvia, pero no el encierro q implica la ciudad
A mi me gusta la lluvia, pero no en la ciudad, santiago centro con lluvia es pasando de feo a horrible.
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