domingo, 18 de diciembre de 2011

Sensibilidad y cordura

Cordura se me escapa de las manos, se escabulle lentamente entre mis dedos y no puedo hacer nada para recuperarla. Cae al suelo y la miro con la apatía de siempre, está ahí a mi alcance pero ya no puedo hacer nada más por ella, me mira ofendida y me dice que nunca hice nada por complacerla.
Días antes nos habíamos reconciliado por primera vez en nuestras vidas, nos llevábamos bien y reinaba la alegría. Pero ella siempre supe que era de carácter volátil y que no soportaba bien a sensibilidad que siempre me acompaña por lo que con un arrebato de nostalgia cordura me abandonó completamente, me dijo que me las arreglara sola, que si sensibilidad quería ser parte tan activa de mi vida me olvidara de ella.
Y así fue, cordura emprendió nuevos rumbos y sensibilidad se quedo como mi única compañera de vida.

El faro

Voy navegando perdido y desorientado por los mares de la discordia, a lo lejos diviso una luz y asumo que viene de un faro, te imagino perfecta y soñadora, sentada, esperándome y añorándome.
Cada vez me hundo más en este camino de agua eterna, mi alma se diluye junto a los peces pecaminosos que guían mi solitario viaje, otra vez aquel faro sale a mi encuentro y acompaña mi solitaria agonía.
Te oigo entre sueños, cantas una triste canción, me esperas, me sueñas, estamos conectados, nos pensamos, pero puede ser que todo esto sea un simple sueño y no existas realmente, quizá seas una alucinación para hacerme compañía, la soledad no me sienta bien pero ella me necesita.
Escribo sobre ti en la inmensidad de este mar tan cruel que con risas de bruma se burla de mi letanía, te busco en la distancia de mis sueños y se que estas ahí aguardándome en el borde de lo que no es cierto, existiendo en aquel faro solo en mis sueños.

Mi maldición

Odio tener tanto miedo, odio ser tan sensible, odio ser como soy.
Tengo miedo de querer, de confiar y que me vuelvan a hacer tonta.
Quiero entregar todo, dar lo que hay en mí, pero me paralizo y me estanco, no se en quien creer, no se en quien confiar, no quiero ser una más, no quiero que esto vuelva a pasar.
Me encantaría estar curtida, que no me importara nada, no tener mente ni corazón, ser una cualquiera y lanzarme a la vida, tener una cama plagada de hombres, nada de amor y que no sea tema para mí.
Ojala pudiera andar por las calles sin sentir nada, pararme y que no me importe la gente, no sentir, no tener esta sensibilidad maldita, por que de verdad es una maldición ser así.
Odio sufrir tanto por cualquier cosa, querer que todo sea perfecto, sólo ver blanco y negro, mirar el precipicio tan fácilmente, es que para mi es terrible no ser querida, ser una más, pasar como si nada por la vida de otra persona, ¡¡¡¡¡es terrible sentirme así!!!!!
Me encantaría ser del montón, no querer a la gente, andar como si nada por la vida….vivir y no sentir.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Pasión y miedo

Emprendiendo nuevos caminos, desentrañando nuevos mares, aquí voy con mi coraza aún estancada.
Corazón en tinieblas quiere todo entregar, dejar los miedos atrás y atreverse a amar, un parto en cada palabra, temores en cada mano y alegría en cada añoranza.
Mostrar el desgarro en el alma, temer el ocaso en piel ajena, dar todo de sí y esperar todo a cambio, el miedo sigue en el alma.
Las libélulas revolotean en sus entrañas, el olor a humedad y a soledad se mezclan con el de su abrazo intacto, el aire se impregna de aquella fragancia y canta una canción que llega a ella en cada reminiscencia de pasión.
Pino y eucalipto bajo la luz del arcoiris van dictando mi camino, cuando un olor penetra mi alma, cuando una pasión se remite a tu aura, cuando el miedo aun domina mi actuar.

martes, 1 de noviembre de 2011

La última cena (Historia ficticia sobre un suicidio no tan ficticio.)

Éramos los mejores amigos desde niños, no necesitábamos palabras para entendernos ya que a cierta edad aún infantil alcanzamos un nivel parecido a la telepatía él sabia cuando yo lo necesitaba y él me conocía tanto que no necesitaba preguntar.
Tuvimos una niñez feliz, creo que si no hubiéramos estado unidos a tan corta edad hubiera sido un infierno para ambos, el con sus problemas y yo con los míos. En la adolescencia crecimos y maduramos juntos pero en esa etapa de nuestras vidas comenzaron las crisis, de ambos. Un simple juego o una travesura ya no alcanzaban para mitigar el dolor ante nuestros vacíos, cada vez más sentíamos el peso de la sociedad sobre nosotros, el peso de ser diferente en este mundo donde nadie te tiende una mano ni acoge cuando tu corazón esta tan hinchado de sentir que comienza a sangrar a raudales, así éramos los dos, un par de almas sensibles incomprendidas por los demás, pero en él había algo diferente, siempre me sentí como la fuerte, al igual que él me quebraba con mucha facilidad como el ala de una mariposa o una hoja seca en otoño pero siempre en mi renacían las esperanzas, era una guerrera, una luchadora, sabía que si me caía debía volver a pararme dispuesta a caerme de nuevo y volver a aprender, pero él no, cuando el mundo lo tiraba al abismo todo terminaba para él, eran semanas tratando de sacarlo adelante.
En algún momento me di cuenta de que las cosas ya no eran como antes, sus esperanzas de salir de las tinieblas en las que se sumía esporádicamente eran cada vez menos sinceras, me decía que pronto estaría bien sólo para hacerme sentir tranquila, pero yo notaba que mi amigo iba extinguiéndose de a poco.
Y llegó aquella edad en donde uno quiere estirar las alas y ser libre, volar lejos y bajo sus propias normas y expectativas, ahí los problemas se dilucidaron con mayor fuerza, mi amigo probó el alcohol y un cortocircuito inminente traspasó las fronteras de su autocontrol. Esa noche no estaba con él y aún siento culpa por ello, me entere por otros amigos en común que me llamaron para darme la alarmante noticia, había tratado de suicidarse, me costó mucho asumirlo aunque de cierta manera intuía que alguna vez iba a suceder, se veía en sus ojos que no apreciaba la vida.
De ahí en adelante pasó ante mis pestañas una sucesión de hechos que me hicieron darle una opción increíble a toda esta historia, la relataré más adelante.
Pidió perdón cientos de veces a todos, hubo quienes lo insultaron y trataron como lo peor, yo simplemente lo abrasé, no creo que la mejor manera de tratar a alguien que quiere morir sea haciéndolo sentir aún peor, además era mi hermano, en algún momento me prometí apoyarlo siempre, pase lo que pase, estar ahí para el cuando me necesitara y ese era el momento por excelencia. Pero las cosas no mejoraron, sus sonrisas ya no eran honestas, me daba cuenta que de a poco la vida de mi amigo se iba extinguiendo. Llegó un día en que ya no pudo más y me contó que ya no quería seguir aferrado a la vida, que quería despegar, salir volando y olvidar todo el dolor que sentía hace siglos, pasaron un par de años y todo seguía igual, con tratamientos y todo lo habido por haber la pena doblegaba cada vez más su alma, sólo quería morir, no salía de casa, no se alimentaba, sólo quería dormir y escapar aunque fuera en sueños de esta realidad de la que se sabia prisionero.
En algún momento no dí más, sentí el peso de su sufrir, me sentí egoísta y supe que ya no podía retenerlo para mí, tenía claro que él se quedaba en este infierno para no dejarme sola, tomé la decisión y fui a exponérsela, quizá no le pareciera tan disparatada.
Le dije que sí ya no quería seguir viviendo yo no podía retenerlo en el mundo de los vivos así como el estaba, que en este momento el pertenecía al mundo de los muertos, que necesitaba paz y calma y que aquí nunca las iba a conseguir, pero que no podía irse así, lleno de angustia, le dije que prefería que tuviera unos últimos momentos de paz, de gloria, de alegría. Y ese fue el plan, ambos pensábamos que no había nada peor que morir siendo lo último que viviste una condena, me avisaría cuando ya no aguantará más y al fin llegó ese día, salimos a correr, a jugar, a hacer todas esas cosas que hacíamos cuando niños, cuando estar juntos nos alejaba de todas las penas, cuando los miedos se achicaban al saber que teníamos una vida entera. Hicimos cosas que nunca nos habíamos atrevido, leímos libros, vimos películas, jugamos juegos, reímos, lloramos, pero por sobre todas las cosas nos amamos. Por último, una tarde nos juntamos en su casa, cocinamos lo que más nos gustaba por aquellos días, fue una velada perfecta, llena de risas y miradas cómplices, estaba todo tan bien, como nunca hace años, pero yo sabía que era el fin, lo intuía, ese era el pacto, que el alcanzara la felicidad antes de zarpar a nuevos mares. Intercambiamos fotos, historias y miles de sonrisas, un abrazo largo y apretado, un par de te amo, gracias por todo, la vida hubiera sido aún peor sin ti a mi lado, un disculpa, un no te preocupes siempre estarás a mi lado. Esa fue la última cena, al día siguiente cuando me desperté me sentí llena de paz, todo el peso que cargaba conmigo en mi espalda hace años se había ido, unas horas después su madre llamó y me dijo que había partido, yo ya lo sabía y no sentí culpa ni pena porque mi amigo era al fin libre, estaba en paz y yo ya no era su carcelera.

lunes, 2 de mayo de 2011

Batalla

La vida es una batalla y mis heridas de guerra están a la vista y presentes.
La angustia en un corte de proporciones bellas.
Me siento tan dispuesta a darle la cara a todo, a recibir la tormenta con los brazos en alto sabiendo que voy a aprender tanto, viviré por primera vez intensamente.
Saber enfrentar lo que venga, vivir con intensidad lo bueno y lo malo, no dejarse llevar por lo que dicen los demás, vivir bajo mis propios preceptos, seguir mi corazón y estar en paz con migo, eso es vida, esa es mi vida.
Aprendí a pararme luego de cada golpe, aprendí a vivir y disfrutar, vendrán nuevos golpes y caídas pero estoy lista para recibirlos y hacerles frente por igual.

martes, 19 de abril de 2011

Sin revolución no hay cambio...

lunes, 18 de abril de 2011

De a poco....

De a poco siento que la vida se me escapa de las manos, los demonios del pasado aún me persiguen y agobian. Mis ojos permanecen cerrados y no hay nadie que pueda alejarlos del llanto, las lágrimas se extinguen junto a mi ánimo.

De a poco pierdo el viento que rodea mis ventanas, el calor me atrapa y me sume en la negritud de mis entrañas. Las angostas venas sangran y quieren ser cortadas sin piedad o confianza.

De a poco mis ojos se llenan de tormentas, la soledad se mete entre mis piernas y no deja de sangrarme a raudales. Me llaman a gritos sin dejarme detenerme a sentir la brisa o a desear vivir mi vida.

De a poco lo autolítico se va apoderando de mis pensamientos y llena mis momentos de angustia. Imaginó situaciones límite donde no hay nadie quien me salve, ni agua, ni fuego que me levanten.

De a poco oigo tu voz llamándome, diciéndome que todo estará bien, que las cosas mejoraran. Tu voz se diluye, ya no la recuerdo, pero si tu sonrisa y aún más que todo, recuerdo que no existías.

De a poco quiero recuperar las ganas de estar bien y ser estable, no quebrarme como las hojas secas ante cualquier cambio, es como que tu alma se metiera en mi, Teresa, los mismos dolores y sufrimientos intensos.

De a poco me voy volviendo ciega de la vida y ella se me escapa de entre las venas, mi sangre se agolpa amoratando los sentidos, me despego del suelo, ya no soy yo, esto ya no es vida, me voy, la muerte me eleva, alcanzo la felicidad y la dicha extrema. Adiós, ya morí y no hay vuelta a esta tierra.

sábado, 16 de abril de 2011

Ella

Siento que ella me persigue, me ronda constantemente, me habla al oído quizás como a ti.
Esta presente en los malos momentos y es en ellos cuando sobrevuela sobre mi como una bandada de cuervos esperando por un trozo de cadáver.
A donde quiera que voy ella me sigue sigilosamente esperando a verme caer, tropezar como siempre, enamorada y rebelde, quiere que tome la decisión por mi misma, le encanta la idea de que desafíe a Dios como siempre.
Ella es la muerte, ya te reclutó a ti y quiere también a mi tenerme, la aparto de mi mente pero ella es más fuerte y oprime mi pecho dejándome ciega e inconciente.
Atando la soga a tu cuello aceptaste lo que te dictó su voz; “No hay nada bueno en esta vida, estas atrapada, yo soy tu solución”.
Ella aún me persigue y yo le seguiré haciendo frente hasta que cambié de opinión.

jueves, 14 de abril de 2011

El eterno retorno

La felicidad es una ilusión, dura poco y se vive mucho, con intensidad, se nota el contraste entre ella y la mierda en la que vivo día a día.
Pero todo vuelve a lo mismo, es un círculo eterno, el eterno retorno.
Uno no puede salir de aquí, como vas a ser de otra manera si toda tu vida te impusieron algo, si toda tu vida te determinaron a ser de una manera.
Todo vuelve a lo mismo, es tan difícil cambiar tu manera de pensar, el pesimismo me persigue, soñar nunca sirvió de nada, las ilusiones no son nada más que una mierda, la fuga primitiva no conduce a nada.
El contraste se vive con intensidad, pude abrir las alas pero aun no tengo el valor para tirarme al vacío y batirlas con ganas, me puedo caer y doblar mis plumas, quedar desecha en el suelo, destrozada en mil pedazos.
Ojala pudiera tomarme las cosas menos en serio y vivir más, disfrutar de lo bueno o incluso lograr dejar aparte lo malo y simplemente gozar.
Hay que obligarse a estar bien, el eterno retorno es algo que esta siempre ahí esperando para volver por mi, para bajarme el animo y sumirme en la mierda, hacerme pensar que siempre las cosas son malas…se que hay algo mejor y que vale la pena seguir luchando.

domingo, 10 de abril de 2011

...

El fin de la vida es vivir con intensidad todos sus contrastes.

lunes, 21 de marzo de 2011

La montaña Rusa

Es demasiado complicado, ha sido demasiado complicado el ir y venir de mis emociones, los cambios bruscos, de la felicidad maníaca a la pena y desesperanza mas extremas, tanto cambio en mi alma y en mi mente, tanto contacto humano, un arsenal de emociones suicidas, pero por otra parte sentirme por primera vez llena, feliz, querida y queriendo.
El eterno vaivén de mis ideas, de la paz a la angustia y así viceversa, todo multiplicado por mil, nunca había sido tan feliz y hace años que no sentía tanta miseria.
Descubrir de a poco que la vida es buena, que las penas pasan, que las cosas se pueden lograr, que me quiero, que valgo, que mi razón va mas allá de lo determinado, que sin lugar a dudas no me vencerán los miedos.
Por fin veo la luz al final del túnel, encontré gente con la cual compartir y hacer menos amarga mi existencia, he empezado a confiar y a querer, a ver lo simple y lo bonito, a experimentar lo oculto durante toda mi vida, a despertar, a salir del útero, de la burbuja, del huevo, salí a la verdadera vida. Desperté.

lunes, 14 de marzo de 2011

Simplemente olvidar.

Cambiar completamente tu vida en algo así como un semestre, salir del huevo y explorar la realidad, la vida en sociedad.
Demasiados cambios en muy poco tiempo, aceptar el cariño y reconocer que se es digno.
Mostrar la hilacha altiro, asumir riesgos, hacer control de daños, pero sobre todas las cosas hablar con la verdad por más que sea incomoda y rara.
Miedo a sufrir, a entregar demasiado y especialmente a los errados, a confiar y dar demasiado de uno mismo, y a la vez esa honestidad brutal, desapego enfermizo y lo peor de todo la inocencia peor que la de una niña.
La necesidad de amar y la mala suerte en el juego y por sobre todo en el amor, saborear los anhelos y caerse con la cruda realidad, odiar la baba ajena y querer de a poquito a alguien, contar lo más oscuro de tu vida y que de vuelta la confianza también nos una.
Ese temor a salir dañada que de nuevo me ata a la nada y a la inacción antes asumida, no saber si vale la pena querer y sufrir, que ella sufra, que tú sufras, que yo sufra, o dejar que todo pase, negar esta mierda que siempre me pasa, dejar de sentir por siempre (eso sería lo mejor)….olvidar, olvidar, el cambio es muy grande y son demasiadas las emociones y sensaciones….olvidar, simplemente olvidar por más que no quiera.

...

El ser humano es el único animal que en vez de luchar por seguir viviendo debe luchar por QUERER seguir viviendo.